El demonio Tengu - Hombre Pájaro Japón, país de cultura milenaria, rodeada de arte, disciplina y misticismo. Sus misterios y leyendas son protegidas por espíritus o demonios, entre ellos el más comúnmente reconocido es el Tengu, una extraña criatura rojiza con nariz de salchicha, que según los mitos vive en las profundidades de las montañas. Descrito como una extraña combinación de hombre y ave que todavía merodea en los bosques, sus intangibles alas le permiten volar distancias en segundos, y sus temibles y grandes ojos amarillentos denotan malicia. Origen e indumentaria La primera aparición documentada del Tengu se dio en papiros que datan del siglo XIII, alrededor del año 1296. Aunque los orígenes de este espíritu se han perdido por el tiempo, se les cita como deidades menores, vistos como aves que se destacaron por su comportamiento insolente y temerario en contra del hombre. Su nombre Tengu es un derivado del término chino tien-kou, ambos se escriben con los mismos caracteres. Y los dos son entidades maliciosas que habitan en las montañas y bosques lejanos. La apariencia del Tengu se cree que también pudo haber sido influenciada por la figura de un águila propia de la deidad budista e hindú Garuda o por el dios chino del rayo Lei Gong, figuras con las que tiene muchas semejanzas. Otro documento obtenido Nihon Shoki que se traduce como “Las crónicas de Japón” escritas en el año 720, contienen los primeros registros mencionados de el Tengu. | ||||
Son conocidos como monstruos espíritus o yokai, y también son reverenciados como deidades Shinto kami. El Tengu se caracteriza por tomar la forma de aves rapaces y son descritos como humanos con facciones de pájaros por ejemplo con picos, pero esto también fue humanizado por lo que tienen una larga nariz. En el budismo son percibidos como precursores de la guerra, su imagen continua siendo la de un espíritu de las montañas y bosques. El Tengu es asociados con la práctica ascéticaconocida como Shugendo que visten el distintivo atuendo yamabushi. El propósito de estos espíritus ha prevalecido por más de mil años, y aunque su apariencia haya cambiado sus acciones siguen siendo vistas como sabias y aun son respetados maestros. Su actos malvados tienen un propósito moral escondido así sea que esparzan la destrucción y el caos, enseñan paciencia, instruyeron modales a los criminales y se han vengado de asesinos. La raza del Tengu es una de las principales razas no humanas, aunque si tienen una forma humanoide. Las similitudes entre los textos del Tengu y el Garuda se encuentran en el Sutra japonés llamado Enmyo Jizo Kyo, que probablemente se escribió en el periodo Edo. El Tengu es a menudo descrito como una forma de sacerdote u hombre sabio, durante el siglo XIII fueron asociados con los yamabushi, quienes eran sacerdotes de las montañas que practican el Shugendo. Pronto se hizo popular en el arte japonés, por lo que se combino la imagen de espíritu hombre-pájaro del Tengu con el atuendo de los yamabushi. El arte de la guerra En algunas historias del siglo XIII, afirman que el Tengu secuestraba a niños jóvenes y a sacerdotes, los jóvenes eran regresados a menudo mientras que los sacerdotes eran amarrados en lugares bien altos. Sin embargo todas las víctimas de los Tengu´s retornaban en un estado de locura o cerca de morir y a veces eran engañados para que coman excremento de animales. Hogen Monogatari, fue un notorio Tengu del siglo XII, quien era el fantasma del Emperador Sutoku, según la leyenda fue obligado por su padre a entregar el trono, cuando armó la rebelión Hogen para intentar retomar el poder del trono, pero el Emperador Go-Shirakawa lo venció, y así fue enviado al provincia de Sanuki en Shikoku, donde murió atormentado, pero antes juro atormentar la nación de Japón como un gran demonio.
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LA PLUMA DEL ANGEL NEGRO HA CAIDO EN TU JARDIN......
Devotos de la química moderna deambulan por las veredas del complejo habitacional recibiendo la nieve del cielo, caricias del viento. En la penumbra de mi habitación contemplo sin ser visto.
Hay un mandala al rededor de la luna, hay montañas nevadas y un mar helado, hay nubes dispersas, hay murmullos viajeros nocturnos, mi ansiedad de paz y olvido.
Tengo la garganta rota de tanto alcohol. Me falta una excusa que no muera en el tiempo para morir –he modificado bastante mi carácter, me han obligado- de los pies a la cabeza soy un circo de plena acción. Los redobles en la testa duelen; el rostro de ella lastima. “Su aroma se quedo en mi cama como perfecta tortura” ¡Abre tus ojos y recibe la gloria de querer y comprender el palpitar del hombre!
No somos una fracción de segundo.
Mi limitación humana no me deja admirar tu casa desde aquí. Quiero tu voz oír antes del amanecer, antes de dormir pero, solo tinieblas abundan saliendo y entrando por la ventana, mientras la música continua su efecto de compañía.
Necesito un golpe que me desplace a otra realidad.
Los ignorados lamentan su condición de anónimos, en su semblante puede descubrirse la envidia, el sentimiento que los lleva a equivocarse tanto cuando parodian el proceder de otro en su pobre falta de costumbre ¿personajes melancólicos? ¿Ilustres intolerantes?